Los contempladores consistió en un tour de aproximadamente dos horas y media por diferentes espacios de la ciudad de Buenos Aires, elegidos bajo el criterio de “sentimiento oceánico”, concepto que describe la pérdida del cuerpo íntimo que, ante la experiencia de lo inmenso, borra sus límites para transformarse en un todo.
Cada persona que participó del recorrido fue guiada mediante auriculares. La obra les brindó la posibilidad de transportar su propio punto de vista, eligiendo en todo momento desde dónde observar el espacio y cómo entrar en relación directa con la poética de la inmensidad y de lo íntimo.
Para Szeinblum la inmensidad provoca una impresión que apela primero al cuerpo y luego a la mente, proceso que conducirá al espectador directamente a la instancia de la contemplación.