Jazmín Berakha y Ulises Conti
KDA Sonoro
Galería Jardín Oculto
Un paracaídas y una grabación son los rastros de un expedicionario perdido en algún lugar del mundo.
Escuchamos el registro de un diario fragmentado.
Dia 17
Aterricé a las once y media de la mañana, después de haber colocado quinientas setenta y cinco veces el pie derecho delante del izquierdo y quinientas setenta y seis veces el izquierdo delante del derecho.
Empecé a mirar a mi alrededor para ver en que clase de sitio me encontraba y que debía hacer. Estaba empapado y no tenía ropas para cambiarme, no tenía nada para comer o beber para reponerme, ni tenía alternativa que no fuese morir de hambre o devorado por las bestias salvajes. Peor aún, tampoco tenía ningún arma para cazar.
Dia 3
De chico sentía pasión por los mapas. Podia pasar horas enteras reclinado sobre Sudamerica, Africa o Australia, y perderme en los proyectos gloriosos de la exploración. En aquella época había en la tierra muchos espacios en blanco, y cuando veía uno en un mapa que me resultaba especialmente atractivo (aunque todos lo eran) solia poner un dedo encima y decir: Cuando crezca ire aquí.
Recuerdo que el polo norte era uno de esos espacios.
Bueno, aun no he estado allí, y creo que ya no voy a intentarlo.
El diario fue escrito a partir de una recopilación de crónicas de expediciones, mezclando y editando fragmentos entre sí, uniendo las diferentes miradas en un nuevo texto donde conviven imágenes de distintas épocas y lugares, Darwin, Verne o Magallanes... dando como resultado los viajes de un solo hombre.