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EL ANIMAL

El animal, una escena de Gerardo Naumann / MAMBA

Diseño sonoro en vivo

La ciudad imagina el campo. En el campo está la vaca. Está de pié, pastando, esperando a ser ordeñada, feliz. Al lado de la vaca está el gaucho. El gaucho conoce a todas sus vaquitas. Les elige un nombre, las bautiza: Alegría, Cariñosa, Cereza, Chispa, Estrella, Gitana, Golondrina, Linda, Mansa. De madrugada las encierra en el corral y las ordeña. Si están enfermas las enlaza y las cura. Si hay una inundación las arrea hasta un campo alto. Y cuando se las llevan al matadero, las despide con su pañuelo.

La vaca no existe, el gaucho la llama el animal. Tampoco existe el gaucho. Antes que gaucho es trabajador rural, obrero de la tierra. Ambos, -vaca y gaucho-, son inventos de la ciudad. La vaca desde el campo lo da todo: cuero, leche, carne y redacciones escolares. El gaucho es el operario de esa fábrica de atardeceres, rocío y luna llena. Cuando va a la ciudad, hace lo mismo que en el campo: enlaza una vaca que pasa a la carrera. Su lazo, como todo lazo de gaucho, está hecho de cuero de vaca, cuero de animal.